Islamismo, un punto de inflexion
Jaime Naifleisch
Porisrael.org
El premier turco, Erdogan el Moderado, dijo, en 1999: "Nuestras mezquitas son nuestros cuarteles, nuestras cúpulas son nuestros cascos, los minaretes nuestras bayonetas y nuestros creyentes nuestros soldados".
No hay duda de que esto es mas que un farol, como no la hay de que no todos los inmigrantes de reinos mahometanos, ni todos sus descendientes, ni todas sus parejas nativas de otros orígenes y ya conversas, están dispuestos a considerarse tales soldados. Y que me lo digan, me consta, como que no solo musulmanes votaran por una banda islamista.
Acaso el numero de musulmanes que rechacen la posibilidad de caer aquí en las manos de aquellos por los que huyeron de allí, sea menor que el de los huérfanos, perplejos, extraviados que siguen las siglas de antiguos y desaparecidos partidos de las izquierdas, sobre todo ante el fracaso continuado de los que, ocupando las caducas casas rojas, insisten en estar presentes, sin pies ni cabeza, sin credibilidad, sin mínimos de sentido comun, ni en el trato que se prodigan entre ellos.
Ese es el motivo por el que los islamizados despojos del PC (IUyA, IC-V), en España, se han opuesto a la formación de esta propuesta islamizadora: saben que producirá un trasvase de su exiguo caudal. Y así mismo desde el área mas judeofoba del PSOE, especialmente en Cataluña (PSC), por lo que esa "cierta preocupación gubernamental".
Esta secta de la expansión islámica, esta nueva hégira, puede concitar también el voto del mas simple resentimiento, el de inmigrantes no islámico, maltratados, con infección chavista e indigenista.
No es una broma --bueno, si, la broma es ese parásito que se adhiere a la quilla sumergida de los barcos, y los hunde. Es un nuevo protagonista, que al contar con el número socialmente suficiente de clientes, y ninguna oposicion ni control, osa ya pasar al plano de la política.
La jihad armada solo es parte de la hégira, la expansión.
La guerra de vientres, la "evangelización" en un contexto de radical desprestigio de las oficinas sindicales y de la Iglesia tradicional; el acceso a las Bolsas, y la compra de tierras e inmuebles (que sumados son un país); el empleo de comunicadores en todos los productos de la plantación de prensa, que medran ante la ausencia absoluta de cultura política (que explique, por ejemplo, que los liberales, y las izquierdas, nacieron contra el Islam y otros bolsones antimodernos; que los izquierdistas, las mujeres, los librepensadores, son las primeras victimas en todos los reinos islámicos)...son tanto parte de las labores de expansión como el terrorismo.
Como el Islam no existe como potencia, y la regeneración, el renacimiento del califato al que alude este partido, es una fantasía, cada protector de la fe, como Ali Jamenei (de los iraníes jomeinistas); Erdogan y sus turcos "moderados", (con sus protectores alemanes); Mohammed VI y sus alawitas, mayoritarios en España (que en solo diez años se hicieron con Marruecos); Zawahri-Ben Laden, y su red salafista; y muchos mas, hacen su propio trabajo, en favor de su propia ansia de poder y riquezas. Incluso mandando a sus fieles a matar a los del rival.
No es "el Islam" lo peligroso, sino la islamización, cualquiera sea, que crece, primero en la cuna que conquista (Irán, Siria, Turquía, Saudia, Marruecos...), sometiendo allí a sus gentes, a sangre y fuego, y luego a donde puede, según factores históricos (marroquíes en España y Francia, argelinos en Francia, turcos en Alemania, pakistaníes en Inglaterra, libios en Italia...).
Y la primera islamización peligrosa es la que los gobiernos de estos países les permiten hacer, les financia, les apoya política y judicialmente, contra los que llegaron fugitivos de ellos, en busca de libertad.
La siguiente es la de la deriva de los ex-izquierdistas huérfanos de Stalin, de Trotsky, del Che... que se aferran a las barbas del profeta, sin soltar la teta del Estado.
La tercera es el número que crece vertiginosamente de gentes que acaso no llegaron en busca de otra cosa que de prosperidad, y son aquí tan siervos de sus mezquitas como lo eran en origen, y futura masa electoral.
La cuarta es el arduo trabajo de los imanes enviados por sus respectivos (alawitas, wahabitas, tabligui, jomeinistas, etc.), con dineros para integrar en las mezquitas a los que la sociedad no satisface.
La quinta son los universitarios y semejantes que, con dineros del Estado, "evangelizan" (o su equivalente) en clase, a través de publicaciones.
La sexta es la decepcionante política de Estado (gobiernos y oposiciones) ante el colosal y burdo saqueo que llaman "crisis" (y la gente: "tomadura de pelo"), y conduce muchos votos al vomito contra el orden establecido, algo que hoy solo ofrecen los nazis y los islamistas.
Dicho esto sin que el aparente orden de capítulos (1ª, 2ª...) cumpla una función ordinal, sino solo textual, todo es simultáneo.
El islamismo conquistador tiene un pivote, resquebrajado pero aun sólido, sobre el que hacer pie: Auschwitz. Mucha, muchísima mas gente que la que desea la prensa antisemita, tiene aun pena y vergüenza por lo que se hizo hace poco con los europeos acusados de ser judíos, como manifestación mayor de otras actuaciones inciviles que constituyen la Historia de Europa, en y fuera de ella.
Muchos de ellos no quieren ser co-responsables de otra barbarie, y cuando les dicen que "la islamofobia" es igual al antisemitismo, se estremecen, y dejan hacer a los conquistadores, para no ser acusados.. El antídoto es la acusación masiva de genocidio contra los israelíes. Sin duda el núcleo mas perverso de la propaganda de los occidentales conchabados por los islamistas para meter en los pueblos y ciudades a los que Erdogan, Zawahri, y tantos otros, llaman sus soldados. No los trabajadores inmigrantes, sino los que hace unos días fueron absueltos, algunos poco mas, tras probarse que iban a reventar los trenes del Metro barcelonés "porque no estaban suficientemente preparados". Y nadie dijo nada en el país ni en la ciudad.
La súbita desaparición de todas las izquierdas --aunque no de todas sus siglas-- ha cerrado el paso, con acusaciones de "racismo" (¿?), de xenofobia, etc., a quienes intentaran explicar estas cosas a sus paisanos. Ya en los 80 --y tantas veces desde entonces-- escribíamos que ese lugar, ante los atónitos, irritados, a veces aterrorizados vecinos, lo iban a ocupar nazis del sector no asociado al islamismo.
Estos días de enero toda España asiste con estupor a la noticia del momento: el gobierno de una ciudad catalana (Vic), adopta una norma contra los inmigrantes, y cantidad de gallinas de las tertulias televisivas salen en defensa del derecho de los musulmanes (al resto de los forasteros que les den morcilla). Y ¿por que lo hace ese alcalde? porque un partido nazi (ocultando mal sus credenciales), que tiene unos primeros concejales en el Consistorio, va a quedarse con los votos en las municipales del 2011, si no sale a representar ese cabreo, esa incomprensión del vecindario (los extranjeros son el 25% en la ciudad).
De modo que este Prune, como los que ya determinan políticas locales e internacionales de Suecia, del Reino Unido, de España..., y esos nazis que ya determinan políticas locales siendo minoría, se alzaran con los titulares a corto plazo. Estamos en un punto de inflexión.
2+2 es 4 ¡infieles!
Veamos en el link el talante de estos que vienen para regenerarnos.
http://www.youtube.com/watch?v=pPF4EqtaCYA&feature=player_embedded
Sin duda siempre hubo, y ahora hay, creyentes de otras sectas que piensan exactamente esto de sus creencias (de nombre religioso o político) respecto de las demás. Pero ninguna religión organizada tiene a estos tipos al frente del Estado en casi sesenta reinos, y al frente de sus templos en cada vez mas ciudades del mundo. Ninguna mata al que los abandona. (Vean hoy a la dramaturga y actriz argelina en Paris). Ninguna mata en nombre de su fe, en los reinos que han conquistado y en los que someten a su gente, ni en los que esa conquista esta en curso. Porque nosotros ya nos los hemos quitado de encima.
Esa diferencia marca la diferencia. Aunque los ABzurdos suicidas prefieran colgarse de las barbas del profeta (tras dejar a Marx lampiño de tanto maltratarlo), y trabajar para ellos como caballitos de mar (esos que se creen Caballos de Troya pero solo son pescados, y tienen también la sartén asegurada y, si no, vean como los tratan en Irán, en Siria, en Argelia...).
Ahora lo mas grave en la presencia despiadada de estas gentes está en que vivimos temiendo un atentado, y nos desentendemos de la tantísima democracia que debemos desarrollar aquí. Mientras todo se degrada --la educación, la integración del forastero, las relaciones con los patronos de las empresas, la salud publica, el asociacionismo político y sindical, el ecosistema...--, como sucede con lo que no se cuida, y eso amplia la brecha por la que entra esta manifestación aguda de la barbarie, este trapo que agitan ante nuestras jetas como se hace con el toro.
Un partido islámico se moviliza para conquistar municipios
Preocupa que esta formación, que dice acatar la Constitución, predique la no integración entre inmigrantes
El Partido Renacimiento y Unión de España (PRUNE) -primera
formación islámica con vocación de implantarse en toda España-,
se organiza a contrarreloj con el objetivo de lograr
representación en municipios claves tras las elecciones de
2011.
La formación, promovida por Mustafá Bakkach, hombre próximo a Rabat, aspira a recoger apoyos no sólo entre los casi 1.300.000
musulmanes residentes en España, una cifra muy superior a los votos obtenidos en los últimos comicios por IU, CiU o PNV, sino también entre el conjunto de inmigrantes que se sientan desamparados.
El partido se gestó a principios de año en Granada, «con una vocación claramente de ámbito nacional y no para afianzarse
solamente en una localidad o región autónoma», se afirma en su boletín interno «Ruta».
El PRUNE se erige como «el partido que mejor represente a los ciudadanos españoles, incluidos los que proceden de la
inmigración». Ello porque, «aunque los políticos españoles
digan que quieren apoyar al inmigrante e intenten solucionar
los problemas de este colectivo, ¿cómo pueden hacerlo bien si ellos nunca han emigrado y sus hijos tampoco?».
El Islam como base
La formación reconoce que luchará por lograr sus objetivos
«desde la consideración del Islam como fuente de dichos
principios», esto es, «tendrá en cuenta el Islam en su
actuación política, considerándolo como factor determinante
para la regeneración moral y ética de la sociedad española» (¡!).
Ello no contradice, asegura, su acatamiento a la Constitución
y su rechazo al terrorismo como medio de hacer política.
La formación quedó inscrita en el registro del Ministerio del
Interior el pasado 23 de julio.
Recientemente ha abierto una sede en Asturias, donde se inició la Reconquista, lo que se interpreta como todo un enunciado de intenciones. Se une así a la que el PRUNE ya tiene en Granada.
Ahora, en una segunda fase, intentará establecerse también por
el resto de Andalucía, así como en Madrid, Cataluña, Extremadura, Valencia y Murcia. Comunidades todas ellas en las
que ya existe una amplia población musulmana, integrada por
españoles conversos pero, sobre todo, por inmigrantes.
La mayoría de ellos son de origen marroquí. Estos últimos no
podrían votar en la actualidad, pero se da la circunstancia de que el Ejecutivo de Zapatero intenta firmar con las autoridades
de Rabat un convenio de reciprocidad, en virtud del cual los
ciudadanos del país magrebí podrían votar en España y nuestros (cinco) compatriotas residentes allí hacer lo propio.
Estos convenios lo acaba de rubricar el Gobierno con países que tienen en España una amplia bolsa de emigrantes. El PRUNE aspira a presentarse con garantías en las próximas elecciones municipales de 2011 y para entonces sus promotores quieren abarcar el 70 u 80% del territorio nacional.
Son conscientes de que el logro de alcaldías puede estar aún lejano pero, para empezar, aspiran a colocar concejales en ayuntamientos que consideran claves.
En medios gubernamentales (¿?) no se oculta cierta preocupación, y no porque se considere que a día de hoy esta formación esté en disposición de lograr una fuerte implantación. Pero, en este sentido, se recuerda que entre españoles conversos e
inmigrantes procedentes de países islámicos la población
musulmana residente en nuestro país se acerca a 1.300.000
musulmanes. De ellos, algo más de 700.000 son marroquíes.
Podrían superar los dos millones si se incluye a los todavía
ilegales.
Lo que más preocupa en estos momentos al Ejecutivo es que este partido pueda predicar la no integración en núcleos urbanos con amplia presencia musulmana. En municipios en los que ya son una mayoría, los musulmanes tratan ya de imponer sus propias costumbres.
De controlar algunos ayuntamientos, las costumbres podrían adquirir entonces el rango de normativa municipal.
La preocupación se acrecienta ante la sospecha de que detrás del partido esté Marruecos, un país con intereses contrapuestos a los españoles.
Fuente y reenvio: www.porisrael.org
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