Hecho: En cualquier parte del mundo un hombre entra en una casa y mata a puñaladas a un matrimonio y a tres niños de 11 y 3 años y pocos meses.
Sólo con esos datos: Nosotros, los periodistas nos hacemos eco de la noticia y en el 100% de los casos ponemos incapié en la temprana edad de las víctimas, en la falta de escrúpulos demostrada por el asesino, lo injustificable de su acción y, entre líneas y adjetivos, dejamos ver nuestro pesar por semejante salvajada
Resulta que el asesino es un israelí y la familia es palestina: Nosotros, los periodistas nos hacemos eco de la noticia y en el 100% de los casos ponemos incapié en la temprana edad de las víctimas, en la falta de escrúpulos demostrada por el asesino, lo injustificable de su acción y, entre líneas y adjetivos, dejamos ver nuestro pesar por semejante salvajada. Añadimos que es una gota más en el sufrimiento palestino a manos de Israel y así desplazamos la culpa de un hombre sobre todo un país. Si se puede, por el camino atizamos a alguien en nuestro propio país, por defender a Israel.
Resulta que el asesino es un palestino y la familia es israelí: Nosotros, los periodistas nos hacemos eco de la noticia, pero los niños (incluyendo el neonato) se convierten automáticamente en "colonos" y hacemos incapié en el "mesianismo" y mentalidad "de extrema derecha" de los muertos (incluyendo el neonato). Precisamente así están relatando un asesinato algunas agencias de prensa, radios, televisiones y medios españoles.
¿No seremos los periodistas los auténticos colonos de las cabezas ajenas?
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