jueves, 24 de marzo de 2011

Sobre Israel opinamos todos

Sobre Israel opinamos todos


La no tan misteriosa máquina de hacer invisibles a los israelíes

Posted: 24 Mar 2011 03:51 AM PDT


Ariel es un tipo normal. Anda por los veintantos, le preocupa el futuro, juega con su hija en el parque y trata de divertirse cuando puede. Si es carnaval aprovecha para disfrazarse de zombie y si le hacen esperar horas para embarcar en el avión se lo toma con filosofía. Como todo ciudadano de cualquier país democrático echa pestes de su gobierno, es víctima de la burocracia estatal, de la municipal y hasta de la vecinal. No quiere la guerra en su casa. Está convencido de que a la paz sólo se llega por el diálogo y cree en el derecho a la legítima defensa. Exhibe una extraordinaria paciencia y educación para rebatir argumentos cuando navegando por los foros de Internet se topa con radicales que dicen ser de su mismo bando.

Ariel vive en Ashdod. Forma parte de los 700.000 israelíes que están permanentemente pendientes del sonido de una sirena que les avisa que tienen pocos segundos para buscar refugio. A menudo, el refugio que existe en el sótano del bloque donde habita está cerrado (la maldita burocracia). Y a Ariel no le queda otra que volver al primer piso donde vive y esperar que en caso de que un misil Grad caiga sobre su casa le protejan los pisos superiores. Y eso si es de noche. Si ocurre durante el día rezará todo lo que sepa para que el cohete no caiga en el colegio de su hija. Sólo durante la semana pasada entre proyectiles de mortero, misiles Grad y otros modelos han caído sobre Israel casi un centenar de bombas.

Con su largo pelo rizado atado en una coleta, si hoy Ariel se sentara en cualquier universidad española prácticamente ningún estudiante diría que es israelí. Porque ni por su indumentaria, ni por su manera de actuar, ni por lo que dice, responde al estereotipo de israelí que, entre todos, hemos metido en la cabeza de los españoles. Ya podemos felicitarnos. Hemos conseguido hacer invisibles a la mayoría de los israelíes. A la gente con la que podemos identificarnos de un país con el que podríamos identificarnos. Cuando se dice que una bomba ha estallado en un autobús de Jerusalén matando a una persona e hiriendo a varias decenas no nos imaginamos a gente como Ariel sino a señores vestidos de negro que quieren cometer barbaridades o a soldados que comenten barbaridades o ambas cosas a la vez. Algo que se ajuste a la imagen que recibimos. En cualquier caso a gente con la que no nos identificamos. ¿Y la gente como Ariel? Pues serán excepciones, oiga. Y no. Es la inmensa mayoría a la que hemos hecho invisible mediante la máquina del prejuicio.

Hace poco un amigo lector me decía "La resolución 1973 (la de Libia) significa que sin el apoyo de EEUU Israel será barrido del mapa "legalmente"". Y me dio que pensar. Con 700.000 civiles amenazados permanente por bombardeos aleatorios y con la promesa política hecha por Hamás de acabar con ellos, esa misma resolución justifica los bombardeos israelíes sobre Gaza.





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