miércoles, 5 de enero de 2011

Sobre Israel opinamos todos

Sobre Israel opinamos todos


El cartero siempre se subvenciona dos veces

Posted: 05 Jan 2011 02:43 AM PST


En algunas diócesis españolas están comenzando a recibirse cartas en las que se recrimina a la Iglesia católica la organización de peregrinaciones a Tierra Santa por considerar que, por un lado, se apoyan en las infraestructuras israelíes para realizarlas (desde las compañías aéreas a temas de alojamiento y transporte internos) y por otro no prestan atención a lo verdaderamente importante para los remitentes de las misivas: el conflicto con los palestinos.

Como podrá imaginarse el lector, quien firma las cartas no es precisamente el embajador de Israel sino las plataformas solidarias que proliferan como hongos en estos tiempos de crisis , formadas por ONGs, muchas de las cuales reciben dinero público para sus actividades. Añádase que las misivas comienzan con la habitual dialéctica sobre violaciones de los derechos humanos, genocidio, etc... por parte de Israel y el habitual engorde de cifras, por ejemplo sobre habitantes de la Franja de Gaza. Total, un millón más un millón menos... Y los habituales juegos dialécticos que resumidamente dicen algo así como "si ustedes son tan cristianos como dicen, tienen que hacer lo que nosotros digamos". Menos mal que no añaden la gilipollez de que "Jesús fue el primer palestino".

La curioso es que el llamado turismo religioso (que los abajofirmantes habituales aseguran que Israel fomenta) no es precisamente lo que más quieren los responsables israelíes porque como dice una fuente de un servidor (israelí y funcionario) "quienes viajan no van a conocer Israel, sino que van a peregrinar a Tierra Santa y eso en un su cabeza es otra cosa". En cualquier caso es cierto que las épocas de paz sirven para que millones de personas aprovechen y visiten sus Santos Lugares. Cada uno el suyo. Este periodista ha conocido Jerusalén en época de oleadas terroristas y visitado lugares como el Santo Sepulcro absolutamente solo. Y con todos los comercios cerrados: árabes, cristianos y judíos. Sin embargo desde hace unos años las filas son interminables y el comercio, el decir la prosperidad de todos, vuelve a resurgir.

Pero aquí de lo que se trata, en estricta aplicación de las leyes de Nuremberg, es de evitar el contacto con todo lo israelí y de pensar y repensar en dónde presionar para conseguirlo. Eso sí, con el dinero de todos nosotros. Y, claro, es una putada que los lugares que los cristianos de todo el mundo visitan estén en Israel o en territorios administrados por Israel. Bueno, que cada uno proponga lo que quiera y mande las cartas que quiera, pero que dejen de hacerlo con el dinero público.

Y en Safed Tzfat nos cuentan una historia digna del difunto Paco Gandía. Increible pero cierto.



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