lunes, 17 de enero de 2011

Sobre Israel opinamos todos

Sobre Israel opinamos todos


El boicot como instrumento de conciliación

Posted: 16 Jan 2011 03:05 PM PST

Al final la crisis les llega a todos, aunque a algunos parecía que nunca iba a hacerlo, como es el caso de la Industria de la Paz. Los tiempos no están para bromas en ninguna parte y los gobiernos de algunos países han comenzado a apretar las tuercas a las organizaciones que con la excusa humanitaria se dedican a hacer política y con el argumento de la paz, abogan por el enfrentamiento. En otros (y como diría el difunto Gila, "no miro a nadie") todavía no saben a dónde va el dinero presuntamente humanitario.

El caso es que el ministro holandés de Exteriores, Uri Rosenthal, ha puesto el grito en el cielo después de enterarse de que una organización que recibe del Estado 70 millones de euros dedica al menos 50.000 a promover un sitio web llamado Intifada Electrónica que como el lector podrá suponer no destaca precisamente por su aproximación conciliadora en el conflicto entre israelíes y palestinos. "La política de este Gobierno es buscar una aproximación equilibrada al conflicto en Oriente Medio" ha explicado Rosenthal después de advertir que la organización que recibe la millonaria ayuda, una institución intereclesial llamada ICCO, podría perder toda su subvención. Y claro, aquí se ha montado el pollo, porque sin dinero público adiós negocio, que eso del fundraising es sólo cosa de los gringos y requiere mucho saber... y trabajo.

En la acera de enfrente (en el sentido de esta polémica, en otros aspectos este periodista no tiene información ni es asunto suyo) Marinus Verweij, director de ICCO ha subrayado que el llamamiento al boicot a Israel es una iniciativa pacífica que puede conducir a una solución del problema. Será del problema económico de su organización para conseguir 70 millones de eurazos de una tacada, digo yo.

Verweij es seguramente sincero en su afirmación lo que demuestra cómo la vida acomodada y sin riesgo puede hacer el perder contacto con la realidad cuando convertimos un problema ajeno en una excusa para el modus vivendi propio. ¿Problemas de pareja? Boicot al canto, que ya verá como se arregla todo y tan felices los dos. ¿Su jefe no le gusta? Boicot va, boicot viene, y le sorprenderá cómo su situación laboral mejora. Esto si que es de Nobel, el boicot como instrumento de conciliación. Joder qué descubrimiento.


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