miércoles, 2 de junio de 2010

Fwd: Horacio Calderon. Crujidos geopolíticos en el Medio Oriente luego del abordaje israelí a una autodenominada “ Flotilla de la Paz”



 
 
 
 
 
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Crujidos geopolíticos en el Medio Oriente luego del abordaje israelí a una autodenominada " Flotilla de la Paz"

 

Horacio Calderon

 

Buenos Aires, 1º de junio de 2010

 

 

 

 

INTRODUCCION

 

Resulta una misión casi imposible analizar e informar sobre acontecimientos como el que motiva este breve análisis, aplicando el más estricto rigor académico, en medio de una crisis de tal magnitud en progreso y bajo bloqueo informativo parcial. Además, sin dejarse tampoco influir por las conclusiones muchas veces parciales de los grandes usinas que nutren los más importantes medios de comunicación a escala global.

 

Las acciones que precedieron esta especie de "Intifada naval" permitían asimismo imaginar -recurriendo a un léxico marinero-, que tanto la flotilla como la marina israelí piloteaban sus respectivas unidades en un rumbo de franca e inevitable colisión.

 

Por otra parte, debería quedar libre de toda duda que la denominada "Flotilla de la Paz" fue montada, fletada, coordinada y comandada por una coalición de organizaciones europeas propalestinas, relacionadas con el movimiento terrorista HAMAS. Entre ellas, la más peligrosa es Insani Yardim Vakfi (IHH), una organización islamista sunnita basada en Turquía y firme y probadamente vinculada a la Red Al-Qaeda. Otros miembros importantes de la coalición son el "Movimiento Gaza Libre", la "Campaña Europea para Terminar con el Sitio de Gaza" y las campañas griegas y suecas "Barco a Gaza".

 

Como paisaje político de fondo de esta nueva crisis desencadenada en aguas del Mediterráneo que bañan los puertos y orillas de la Franja de Gaza -cabe agregar a título introductoria-, se inscriben las agendas políticas y los intereses geopolíticos permanentes de los actores regionales protagonistas de primer orden. Desde luego, aliados o no con potencias con poder global, comenzando por los EE.UU. en el caso de Israel, aunque la alianza estratégica entre estos actores se encuentre atravesando actualmente una profunda crisis.

 

ANALISIS

 

Poco interés se ha demostrado hasta hora en aliviar con medidas concretas la situación humanitaria en Gaza, agravada por la agenda extremista de HAMAS, beneficiaria además del Estado terrorista iraní. Es que HAMAS no tiene otro objetivo que fundar un emirato islamista en la Franja de Gaza, federado o unido posteriormente al actual territorio de Egipto, como brazo palestino de la Hermandad Musulmana de este último país. De la misma manera, extender su dominio a Cisjordania para implementar un proyecto similar en la vecina Jordania, conectando con el brazo de la Hermandad Musulmana en el reino hachemita y unir luego a todos esos territorios en un gran emirato regional.

 

 

Poco o nada tiene que ver con HAMAS el sueño y el derecho del pueblo palestino a erigir un Estado soberano e independiente en Gaza y Cisjordania.

 

¿Alguien podría tener alguna duda sobre por qué el gobierno de Hosni Mubarak ha tomado medidas más duras con la Franja de Gaza y HAMAS que el mismo Israel? Asimismo, ¿Por qué Jordania mantiene a raya a la Hermandad Musulmana de su país y a que esta conecte con sus válidos palestinos de Cisjordania, miembros de HAMAS? Para aquellos dudosos, las respuestas son mucho más simples de lo que se supone. 

 

Tampoco debería excluirse en el cuadro de situación a muchos Estados árabes, cuyos líderes agotaron sus cuerdas vocales hablando de la situación humanitaria en Gaza, sin aportar soluciones prácticas hasta el momento para apartar a HAMAS  de su "reinado" terrorista  de facto, o al menos provocar un cambio radical en su agenda extremista y su metodología terrorista.

 

El abordaje realizado por las Fuerzas de Defensa de Israel a unidades de la "Flotilla de la Paz", ha tenido como resultado inicial un cruento saldo de muertos y heridos, además de desencadenar una previsible catástrofe política y diplomática sin precedentes para el primer país.

 

Los costos para Israel han sido sin duda altísimos y, al menos hasta el momento, ni siquiera se avizoran beneficios mínimos que mitiguen el inmenso aislamiento que puede llegar a sufrir en los tiempos por venir.

 

Tal vez hubieran sido evitables las bajas registradas, si no fuera por las altamente riesgosas tácticas de abordaje a las naves de la flotilla adoptadas por las fuerzas especiales "Shayetet 13" de Israel, responsables del abordaje al barco "Mavi Marmara" y que se suponen son unas de las más altamente entrenadas de la región e incluso a nivel mundial.

 

Resulta incomprensible y más para quien escribe estas líneas, familiar e históricamente relacionado con el ámbito naval militar argentino, y posteriormente por razones profesionales también con las marinas árabes del Medio Oriente y Africa del Norte, que Israel no haya adoptado tácticas más adecuadas para detener, desviar o incluso abordar los buques en condiciones más favorables que las observadas durante las operaciones realizadas. Tal vez, utilizando armamento paralizante no letal en el abordaje o, incluso, averiando los sistemas de propulsión de las naves más sospechosas, para luego remolcarlas hasta un puerto seguro  bajo severa custodia aeronaval.

 

Los organizadores y los comandantes de la flotilla, como aquellos responsables de las Fuerzas de Defensa de Israel, jamás podrían ignorar los riesgos y beneficios que suponía

-según el caso-, forzar o defender un bloqueo naval de las características del desplegado en el área de exclusión marítima y aérea cercana a Gaza.

 

Por un lado, los organizadores de la flotilla alcanzarían una gran victoria si lograban llegar a puertos gazanos y desembarcar su "ayuda humanitaria". Pero mucho más también, si sus acciones lograban teñir de sangre las manos israelíes y, con esa enorme ventaja a su favor, lanzar una serie de operaciones psicológicas previamente planeadas y organizadas casi a la perfección.

 

Los planes del islamismo embarcado en la flotilla afín al menos en un caso a la Red Al-Qaeda, no acariciaba aliviar el sufrimiento gazano, sino cumplir con el objetivo de provocar un enfrentamiento y acentuar aún más el creciente aislamiento internacional de Israel, conveniente para los planes de todas las organizaciones yihadistas sunnitas y que en el caso de las acciones de HAMAS, beneficia también a sus aliados iraníes.

 

 

El proyecto multinacional de la "Flotilla de la Paz" contó además con valiosos respaldos, como el de ciertos sectores del gobierno turco influidos por las corrientes islamistas que están corroyendo los cimientos laicistas del Estado surgido del derrumbe del Imperio Otomano a fines de la I Guerra Mundial. Opuestos a esta corriente, se encuentran otros sectores muy poderosos liderados por las FF.AA. de Turquía, garantes del sistema secular y tradicionalmente más proclives a mantener su alianza estratégica con Israel, por demás histórica, que a un acercamiento progresivo con el islamismo por parte de su  actual gobierno.

 

Por el otro, los estrategas militares israelíes, no podían desconocer todas y cada una de las hipótesis que manejaban las organizaciones islamistas, desde que comenzó a desarrollarse la idea de crear una flotilla con esos propósitos y mucho más cuando sus embarcaciones se hicieron a la mar rumbo a Gaza. Por ejemplo y sin derramar demasiada imaginación, la inteligencia israelí debería conocer con un alto grado de certeza que los islamistas buscarían derramar sangre propia estando incluso sin armas de fuego o empuñando simplemente puñales y otros elementos punzantes. Esto implicaría la existencia de una vocación suicida -nada inusual por parte de estos actores- encarnada en algunos voluntarios embarcados en la nave insignia "Mavi Marmara", donde se encontraban los cuadros más duros de las organizaciones islamistas involucradas.

 

La pregunta que cualquier analista podría o debería hacerse, es si aún conociendo los costosos riesgos que se asumían con las tácticas de abordaje finalmente adoptadas, el primer ministro Benjamín Netanyahu decidió quebrar de manera calculada los nuevos proyectos de diseño geopolítico de la gran arena mesoriental, que no convienen o se contradicen con las aspiraciones de su agenda de Gobierno y la coalición que lo respalda.

 

Es decir, ni más ni menos, como ha comentado con pedido de reserva una fuente de inteligencia de los EE.UU., una operación perfectamente calculada por ambas partes enfrentadas, con el objeto de causar consecuencias geopolíticas de largo alcance en su propio beneficio.

 

Las razones de esa vasta y calculada operación israelí, siempre según las fuentes consultadas, podrían ser entre otras la errática política exterior de Barack Obama, que compromete seriamente la seguridad de su país frente a la amenaza existencial por parte de Irán; el cortejo encubierto entre este último país y los EE.UU. a cambio de concesiones en Irak y Afganistán; también, el resurgimiento de Turquía y sus ambiciones en el Medio Oriente y regiones adyacentes, que dominó con mano férrea por siglos, genocidio armenio incluido, etc.

 

La situación derivada de las operaciones navales que culminaron con los incidentes que constituyen el objeto de este breve análisis continúa en este momento en un estado tan fluido como volátil.

 

En consecuencia, deberá esperarse la evolución de los acontecimientos para realizar una evaluación más acabada del importante hecho portador de futuro que se ha generado, de las tendencias que de él puedan surgir, como así también el grado de probabilidad de ocurrencia de los potenciales escenarios a los que Israel, la región y el mundo podrían enfrentarse en un futuro como consecuencia de lo que está sucediendo. También, de toda futura acción que pueda agudizar aún más la delicada situación actual, porque tal vez vuelvan a escucharse pronto fuertes tambores que llamen nuevamente a la guerra en el milenariamente ensangrentado arenal del Medio Oriente.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
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