ENTRE HIPOCRITAS Y TUERTOS
Ana Jerozolimski
Semanario Hebreo. Uruguay
Israel deportó a Mairead Maguire por segunda vez y la devolvió a Irlanda, su país de origen, al rechazarle la entrada al país junto a una delegación de mujeres activistas por la paz. Maguire, que fue galardonada en 1976 con el Premio Nóbel de la Paz por su aporte a distender las tensiones entre católicos y protestantes en su país, ya había sido deportada tras su participación en la flotilla turca interceptada por Israel en camino a la Franja de Gaza, cuando intentaba violar el bloqueo impuesto a dicha zona controlada por el grupo terrorista Hamas.
Fuentes de seguridad israelíes explicaron que al no habérsele permitido una vez la entrada al país por aquellas circunstancias, quedaba vedado su ingreso para el futuro, a menos que presentara con anticipación una solicitud especial. Dado que Maguire, según Israel, hizo caso omiso de dicha aclaración y no solicitó permiso alguno, se resolvió no permitirle entrar tampoco esta vez, aunque no llegó en condiciones singulares como las de la flotilla sino en un vuelo común, al aeropuerto Ben Gurión.
Esta situación nos recordó una frase que se oye comúnmente cuando uno habla de cómo comportarse en la calle, entre coches y conductores: "lo principal no es que tengas razón, sino que actúes con inteligencia".
¿Qué podía perder Israel si permitía a Maguire entrar esta vez al país? Seguramente habría ganado puntos, si anunciaba su autorización a la Premio Nóbel, acompañada de todas sus explicaciones oficiales. Recordemos….estamos en un mundo en el que la imagen y las impresiones, tienen gran importancia…¿Acabo Maguire habría atentado contra la seguridad nacional de Israel?
Cabe suponer que no, por más críticas que tenga a nivel político y por más equivocada que haya estado- a nuestro criterio, al igual que muchos otros ciudadanos extranjeros – al participar en mayo último en la flotilla turca que trató de violar el bloqueo a Gaza. Aquella flotilla incluyó entre sus pasajeros a gente de buenas intenciones, pero su intención verdadera no era prestar ayuda a Gaza. Israel había avisado de antemano que todo su cargamento sería entregado a los palestinos si se lo trasladaba al puerto de Ashdod,-y así fue-pero lo que quería esa flotilla era dejar en evidencia a Israel, provocar..Y el tono no lo dieron pacifistas auténticos sino los fundamentalistas islámicos turcos que antes de subir a bordo hablaron abiertamente de su voluntad de convertirse en "mártires en nombre de Alá".
A pesar de ello, Israel habría podido permitir ahora a Maguire entrar al país. Claro….seguramente habría molestado oírla condenando la política israelí desde el territorio mismo del país, algo que no osaría hacer, por ejemplo, en un país árabe: criticar a su gobierno desde su propio territorio. También molesta recordar que años atrás, Maguire pidió sacar a Israel de las Naciones Unidas "porque no cumplió resoluciones internacionales sobre el tema palestino". Aún así, habría sido más inteligente dejarla entrar.
Y se le habría podido preguntar abiertamente si alguna vez dedicó todas sus fuerzas para condenar al régimen de Hamas, el disparo de cohetes desde Gaza hacia Israel y el llamado de Hamas a no negociar nunca y optar por dejar las negociaciones. O si alguna vez exigió a la Cruz Roja que logren visitar al soldado israelí secuestrado Gilad Shalit. No nos consta que lo haya hecho..Ojalá estemos equivocados..
Se le podría haber preguntado, dentro del propio Israel, por qué todos los que sostienen ser pacifistas que apoyan la causa palestina y condenan a Israel, suelen mantenerse callados cuando son los israelíes los atacados..
La hipocresía de algunos no tiene por qué justificar la falta de miras de otros.
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