¿Paradoja palestina?
David Mandel
Mi Enfoque # 327,
Agosto 11, 2010
Avigdor Lieberman, Ministro de Relaciones Exteriores de Israel, ha presentado un plan para que la región de Gaza se vuelva una entidad totalmente independiente. El plan incluye la construcción de plantas de electricidad, desalinización del agua de mar, y tratamiento de aguas servidas, con la inversión y cooperación de la Unión Europea. Todos los vínculos entre Israel y Gaza se cortarían, incluyendo los suministros de electricidad, agua, combustible, y bienes de consumo, (situación que sería similar a la existente en Gaza entre 1948 y 1967, cuando la región estuvo controlada por los egipcios, y la que existe hoy en la frontera con el Líbano). Israel, por su parte, cesaría la revisión de los bienes y mercaderías que entran al puerto de Gaza.
Uno pensaría que los palestinos aceptarían el plan con entusiasmo, pero, ¡estaría equivocado de cabo a rabo! Los palestinos, tanto los de Gaza como los de Cisjordania, han rechazado el plan con indignación vehemente. Algunos de los comentarios de los líderes palestinos fueron los siguientes:
"El plan atenta contra las aspiraciones del pueblo palestino por la unidad, libertad e independencia. Expresa sólo lo que quiere la extrema derecha israelí", dijo el vocero de la Presidencia de la Autoridad Palestina, en Ramallah.
"Gaza sigue bajo ocupación y así quedará, porque constituye una sola unidad geográfica con la Cisjordania y Jerusalén Oriental", declaró el vocero de Fatah, partido que apoya a la Autoridad Palestina.
"A pesar de que Gaza fue liberada de la presencia de soldados y colonos israelíes, desde el punto de vista legal y práctico continúa bajo ocupación. El plan de Lieberman es un intento de evadir las responsabilidades que tiene Israel por la ocupación. Israel debe continuar proveyéndonos de electricidad, combustible y comida", expresó el vocero de Hamás en Gaza. (Y esto explica porqué, durante los cinco años que han pasado desde el retiro unilateral del ejército y los colonos israelíes de Gaza, en el año 2005, los palestinos no han desmantelado los campos de refugiados de Gaza donde viven apiñados cientos de miles de palestinos).
Hamás, una organización cuyo objetivo es la destrucción de Israel. "liberar" Palestina, y expulsar a los judíos, insiste que la ocupación debe continuar, e Israel debe continuar enviando suministros que son reciprocados por cohetes disparados a pueblos y ciudades de Israel. Organizaciones internacionales como Amnistía y Human Rights Watch, árabes israelíes, e izquierdistas israelíes apoyan esa posición, e insisten que Israel es responsable por los suministros a Gaza, y por el bienestar de sus habitantes. Egipto, el otro país que tiene frontera con Gaza, también se opone al cese de la ocupación ya que los problemas de Gaza tendrían que ser asumidos por Egipto.
A primera vista, la posición de los palestinos, (por un lado dicen estar ansiosos de lograr la independencia y terminar con la "ocupación", y por otro lado, insisten que la "ocupación" debe continuar), parecería una paradoja.
Pero no lo es.
La realidad es que los palestinos se oponen a tener independencia, (sea por ahora sólo en Gaza y, luego, también en la Cisjordania), por razones que para ellos son lógicas y contundentes. Un país palestino independiente al lado de un estado judío independiente, es decir aceptar la solución de dos estados, significaría abandonar su objetivo de "liberar" toda Palestina y no imponer el retorno de los millones de descendientes de los refugiados de regreso a Israel.
Y, por lo tanto, es en el interés de los palestinos que, lo que ellos llaman "ocupación", continúe hasta lograr la destrucción de Israel. Y esto no solo conviene a los palestinos sino también a los empleados de la UNRWA, organización de las Naciones Unidas que ha logrado el caso único de que los palestinos continúen siendo refugiados durante ya más de seis décadas. Tampoco conviene a los izquierdistas poner fin a la relación de dependencia entre Israel y Gaza ya que se quedarían sin municiones para acusar a Israel de "ocupación".
La verdadera paradoja es que Israel quiere terminar con todo los vestigios de la "ocupación", y son los palestinos, con sus aliados en la izquierda extrema, los que insisten que debe continuar.
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