La mezquita de Hamas
La mezquita de Hamas
Salvador Sostres
Hamas acaba de apoyar la construcción de la famosa -y esperemos que inédita- mezquita en la Zona Cero, en nombre por supuesto de la libertad religiosa y del mismo derecho que tienen los musulmanes a practicar su religión que cristianos y judíos. Es un argumento tan penoso, y sobre todo viniendo de Hamas, que en un mundo que estuviera ni que sólo fuera un poco bien de la cabeza no haría falta ni comentarlo.
Pero tal como están las cosas, y viendo hasta qué punto la judeofobia vuelve a recorrer Europa como un viejo fantasma, vale la pena insistir en algunas cosas. Primero, que Hamas es un grupo terrorista. Y que en su texto fundacional hace referencia más de 7 veces al objetivo de destruir Israel y de arrojar a los judíos al mar, y ninguna, por ejemplo, a la creación de un Estado palestino. Hamas quiere construir una mezquita en Manhattan para poder humillarnos de nuevo.
La segunda es que la libertad que invocan los terroristas de Hamas ellos no la contemplan nunca, y no sólo no permitirían nunca la construcción de una iglesia o de una sinagoga bajo sus dominios, sino que atentan siempre que pueden contra estos dos tipos de templo, y contra sus fieles.
La tercera es que no sólo no tienen ninguna consideración contra las otras religiones, sino que practican el racismo entre sus propios creyentes, y los homosexuales musulmanes están más que perseguidos.
La cuarta es que la tolerancia como concepto es siniestra si no se basa en algunos principios un poco más serios. La tolerancia, sin más, con el islam, implica sin lugar a dudas una total complicidad con los crímenes que en su nombre se cometen. Hay mejores y peores, inferiores y superiores, buenos y malos. Y alrededor del islam no ha florecido nunca ninguna prosperidad, ninguna idea positiva de lo que es la libertad, ninguna esperanza para la humanidad.
El islam representa hoy la más siniestra amenaza contra el mundo libre, mucho más que el comunismo en los años de la Guerra Fría, y cualquier tolerancia es complicidad, y sólo combatiéndolo y consiguiendo que recule podremos salvar los cimientos de la libertad.
Hamas acaba de apoyar la construcción de la famosa -y esperemos que inédita- mezquita en la Zona Cero, en nombre por supuesto de la libertad religiosa y del mismo derecho que tienen los musulmanes a practicar su religión que cristianos y judíos. Es un argumento tan penoso, y sobre todo viniendo de Hamas, que en un mundo que estuviera ni que sólo fuera un poco bien de la cabeza no haría falta ni comentarlo.
Pero tal como están las cosas, y viendo hasta qué punto la judeofobia vuelve a recorrer Europa como un viejo fantasma, vale la pena insistir en algunas cosas. Primero, que Hamas es un grupo terrorista. Y que en su texto fundacional hace referencia más de 7 veces al objetivo de destruir Israel y de arrojar a los judíos al mar, y ninguna, por ejemplo, a la creación de un Estado palestino. Hamas quiere construir una mezquita en Manhattan para poder humillarnos de nuevo.
La segunda es que la libertad que invocan los terroristas de Hamas ellos no la contemplan nunca, y no sólo no permitirían nunca la construcción de una iglesia o de una sinagoga bajo sus dominios, sino que atentan siempre que pueden contra estos dos tipos de templo, y contra sus fieles.
La tercera es que no sólo no tienen ninguna consideración contra las otras religiones, sino que practican el racismo entre sus propios creyentes, y los homosexuales musulmanes están más que perseguidos.
La cuarta es que la tolerancia como concepto es siniestra si no se basa en algunos principios un poco más serios. La tolerancia, sin más, con el islam, implica sin lugar a dudas una total complicidad con los crímenes que en su nombre se cometen. Hay mejores y peores, inferiores y superiores, buenos y malos. Y alrededor del islam no ha florecido nunca ninguna prosperidad, ninguna idea positiva de lo que es la libertad, ninguna esperanza para la humanidad.
El islam representa hoy la más siniestra amenaza contra el mundo libre, mucho más que el comunismo en los años de la Guerra Fría, y cualquier tolerancia es complicidad, y sólo combatiéndolo y consiguiendo que recule podremos salvar los cimientos de la libertad.
Si desea recibir nuestro material de información subscríbase a Porisrael.has1@gmail.com
Para desuscribirse informen a la misma casilla desde la que les llega
PARA UNA HASBARA EFECTIVA
JUNTOS SOMOS MAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario