lunes, 10 de mayo de 2010

Sobre Israel opinamos todos

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Una rendición indigna en el dia de la Victoria

Posted: 09 May 2010 02:15 PM PDT

Ayer millones de personas recordaban en todo el mundo la victoria sobre el nazismo. En esta sociedad que está de vuelta de todo, no dejaba de impresionar ver cómo por la Plaza Roja de Moscú desfilaban la Guardia Galesa del Reino Unido o un destacamento de carros de combate soviéticos de la época de la Guerra Mundial. Y en la tribuna estaba presente quien gobierna Alemania, Angela Merkel, para demostrar que la victoria sobre Hitler no fue la derrota de su país, sino su liberación.

Pero ayer también fue el día elegido por otro país para proclamar su rendición incondicional al totalitarismo, al fanatismo y al ansia de destrucción antidemocrática. Mientras en Moscú el mundo libre, con sus defectos y miserias, reivindicava el valor de la lucha y el sacrificio contra la tiranía, en Beirut el presidente del Líbano, Michel Suleiman, ratificaba el sometimiento del Líbano y sus instituciones al abuso, el deseo y el chantaje de un poderoso grupo armado para que el la soberanía del Líbano simplemente no existe: Hizbullah

Suleiman subrayó que no puede pedir "a la Resistencia" que entregue sus armas y las ponga a las "órdenes del Estado". El presidente libanés lo justificó en los "tambores de guerra de Israel sonando todos los días". Al parecer Suleiman no escucha los tambores que Hizbullah hace sonar todos los días en las calles del Líbano y hasta en el mismo consejo de ministros. Tambores, por cierto, diseñados en Teherán y comprados en Damasco. No escucha los lamentos de su propio pueblo invadido por un grupo al que el Líbano no le importa nada porque lo considera poco más que un camino de cabras en su ruta hacia Israel.

Para una rendición indigna hace falta un alguien indigno que la firme. Suleiman cumple los requisitos


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