lunes, 22 de junio de 2009

Fwd: Dr. Yoav. J. Tenembaum. Discurso de Benjamin Netanyahu: un Análisis


 
 
 
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Discurso de Benjamin Netanyahu: un Análisis

Dr. Yoav. J. Tenembaum

http://www.ia-forum.org/Content/ViewInternalDocument.cfm?ContentID=7020

El tan esperado discurso del Primer Ministro Benjamin Netanyahu acerca del proceso de paz, en la Universidad Bar Ilan, cerca de Tel Aviv, encontró el justo equilibrio entre las expectativas de su audiencia interna y las demandas de la comunidad internacional; entre los preceptos ideológicos adoptados por sus aliados políticos y el adaptarse pragmáticamente a la agenda para la región de la nueva administración de Estados Unidos.

La retórica de Netanyahu fue diferente de la de algunos de sus predecesores. Fue positiva respecto de los objetivos que fueron delineados, aunque cautelosa con respecto de la senda descripta para llegar a ellos.

Se manifestó en contra de la extendida asunción que el conflicto palestino-israelí fue causado por la captura de la Margen Occidental (Judea y Samaria) y la Franja de Gaza por Israel durante la Guerra de los Seis Días de 1967. Netanyahu enfatizó la diferencia entre causa y efecto. La segunda fue el efecto de un conflicto que comenzó aún antes de que se estableciera el Estado de Israel. Y le recordó a su audiencia que los árabes palestinos podrían haber tenido un estado propio si hubieran endosado el Plan de Partición de las Naciones Unidas de 1947, que el liderazgo judío de entonces aceptó.

Al enfatizar la necesidad humanitaria de resolver la apremiante situación de los refugiados árabes, se refirió a los cientos de miles de refugiados judíos de los países árabes que fueron integrados por un pobre Israel destrozado por la guerra, sin mucha ayuda externa.

Netanyahu adelantó su disposición a aceptar un estado Palestino desmilitarizado, sosteniendo que los territorios de la Margen Occidental (Judea y Samaria) son la cuna de la civilización judía. Algunos líderes israelíes previos tendieron a dar la impresión de que esos territorios eran una carga demográfica para Israel. Se esperaba que los palestinos liberaran a Israel de esa carga. Netanyahu parece haber alterado la base de discusión, también respecto de esto. Cualquiera fuera la carga que acarree el posible control israelí sobre la Margen Occidental, Israel debe aceptar, a su pesar, el hecho que debe renegar sus propias aspiraciones en relación a esos territorios y endosar la soberanía palestina, aunque con ciertas condiciones.

En relación a la naturaleza de un futuro estado palestino, Netanyahu fue menos innovador en el contenido. Habló de un estado desmilitarizado, sin derecho a firmar pactos militares, especialmente con los enemigos de Israel, que acepte limitaciones en la soberanía aplicada a su espacio aéreo y que no tenga completo control sobre los pasos fronterizos, desde los cuales podría contrabandearse armamento ofensivo.

Estos términos son dados por sentado por los otros mayores partidos en Israel. Tanto el principal partido de oposición, Kadima, como el Partido Laborista, que forma parte de la coalición de Netanyahu, aceptan la idea de un estado palestino en la Margen Occidental y Gaza como parte de un acuerdo de paz, sólo con la condición de que tal estado sea desmilitarizado y su soberanía limitada en áreas donde los intereses de seguridad vitales de Israel estén en juego.

Lo que distingue la postura de Netanyahu en este tema es el hecho de que mencionó, clara y explícitamente, las advertencias para el establecimiento de tal estado palestino. Sin duda, Netanyahu estaba políticamente motivado para hacerlo. Formaba parte del mismo equilibrio que trataba de alcanzar entre los temores de su público interno y las exigencias de sus socios internacionales. Para ayudar a que sus aliados políticos y su propio partido Likud digirieran la idea de un estado palestino, debía enfatizar las limitaciones de seguridad sobre las cuales el estado estaría fundado, a efectos de aliviar el dolor ideológico y estratégico que ello implicaría.

Por lo tanto, Netanyahu debía enfatizar las condiciones sobre las cuales un estado palestino se establecería, no sólo como un reflejo de sus propias creencias, sino también a efectos de ayudar a moderar cualquier reacción adversa dentro de su propia audiencia interna.

El hecho que Netanyahu mencionara, pública y abiertamente, su disposición a aceptar el establecimiento de un estado palestino bajo ciertas condiciones, en lugar de una entidad autónoma palestina, por sí mismo constituye un importante cambio ideológico y político.

Mucha gente esperaba un discurso vago, con bastante poco nuevo en términos de contenido. Lo que obtuvieron fue realmente innovador. Dijo algo nuevo, y lo dijo de un modo que abrió puertas en Washington y Europa sin cerrar puertas en Jerusalem.

Traducción para porisrael.org : José Blumenfeld

 

Reenvia: www.porisrael.org

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
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