viernes, 5 de junio de 2009

Sobre Israel opinamos todos

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Cultura y debilidad

Posted: 04 Jun 2009 03:02 PM PDT

Hay culturas en las que hablar a las mujeres es una falta de decoro. Hay culturas en las que no hacerlo es una muestra de mala educación.
Hay culturas en las que eructar después de comer es símbolo de agradecimiento. Hay culturas en las que eructar después de comer es una guarrada como un piano.

Hay culturas en las que los hijos se inclinan ante los padres. Hay culturas en las que los padres se arrodillan y se tiran por el suelo para jugar con sus hijos.

En algunos lugares del Pacífico una mujer esconde sus pies pero no le parece mal mostrar sus pechos. Hay otros lugares donde las mujeres ocultan el pecho y muestran los pies. En Europa las mujeres lo enseñan todo, los pies, los pechos y el culo si se tercia. Eso si, como se les ocurra ponerse un abrigo de pieles se les echa todo el mundo encima.

Estas diferencias culturales son tan evidentes, que como diría Benedicto XVI, se pueden conocer echando un vistazo a Internet. Pero ayer no ha sido tenido en cuenta por Obama y sus asesores. El presidente de los Estados Unidos, convertido en apostol del buen rollo o la buena onda, ha realizado un hermoso discurso en El Cairo, pero me temo que no en todo el mundo se entiende igual.

Y es que hay culturas que consideran el exceso en agradar los oidos de los demás, sin apelar al propio orgullo, como una falta de integridad y una muestra de debilidad y cobardía. Y una de esas culturas es precisamente a la que se estaba dirigiendo.

La prueba es que varios de los interlocutores árabes a los que apelaba en el discurso han respondido con absoluto desprecio a lo que a nosotros, los occidentales, nos han parecido un razonamiento mesurado.

1-) Hizbulá ha declarado que no necesita sermones de Obama
2-) El líder supremo de la revolución iraní ha dicho que "Los musulmanes odian a los americanos"
3-) Y en Gaza han visto asi el discurso...


Ójala tengas razón Barack Hussein, pero la diplomacia del buen rollito casi nunca llega a buen puerto.








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