lunes, 29 de junio de 2009

Sobre Israel opinamos todos

Sobre Israel opinamos todos


Casualidades y derechos humanos

Posted: 28 Jun 2009 11:14 AM PDT

Un grupo de soldados israelíes ha denunciado malos tratos a prisioneros palestinos. Largas horas al sol con agua sólo de vez en cuando, golpes sin venir a cuento, insultos y cintas de nailon atadas con demasiada fuerza alrededor de las muñecas y dedos. Y nosotros los periodistas, naturalmente, le concedemos un generoso espacio a estas denuncias.

Aqui radica una de las diferencias entre nuestras democracias y las dictaduras. En las democracias se pueden cometer barbaridades, pero también se pueden denunciar constantemente. No en vano las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos han nacido y tienen sus sedes en las democracias occidentales. Guantánamo ha sido cerrado al final, entre otras cosas, por las denuncias constantes y la presión de la opinión pública. E Israel no es una excepción. Hace años este periodista ya entrevistó a responsables de Iesh Guul, la organización de soldados israelíes que se negaban a servir en los territorios ocupados. Y Law es otra organización que ha llevado al Estado en numerosas ocasiones ante los tribunales. Lo mismo vale para el Comité Israelí contra la Demolición de Casas y otras decenas de asociaciones israelíes que trabajan activamente y con total libertad contra la política del propio Estado al que pertenecen, porque Israel, aunque les joda a algunos, es un Estado democrático y plural.

Pero habría que preguntarse porqué en cambio no dedicamos ni un minuto a denunciar por ejemplo los asesinatos políticos en Gaza. Los tiros en las piernas a los disidentes. Las torturas a los sospechosos. La nula libertad de expresión. La utilización de población civil para fines bélicos. El robo de ayuda humanitaria...

Y no nos vayamos a Gaza. Podríamos por ejemplo investigar un poquito lo que hacen nuestros propios soldados en las misiones internacionales. Informar, por ejemplo, de que allí donde llegan soldados europeos en misiones internacionales proliferan como por arte de magia la prostitución y el tráfico de drogas. Contar cómo nuestras tropas han entregado a prisioneros iraquíes para que fueran encarcelados en al cárcel Abu Grahib en Iraq. Ya saben donde les sodomizaban con las porras y les ponían la comida en las letrinas. Casi que me quedo con el nailon israelí.

La diferencia es que en Israel los tribunales investigan las denuncias. Y emiten condenas. Mientras, aquí miramos hacia otro lado para lanzarnos a dar lecciones de democracia. Casualmente siempre miramos hacia Israel. Pero es eso, casualidad.


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